De improviso me encuentro con esta imagen y ésa que me palpita se revolvió incómoda.
Qué te pasa, Tamara, qué te pasa, pregunto. Es que su cabeza es ornamento, el cuerpo se pierde, la cazaron a pleno vuelo y no se ha dado cuenta. La cabeza es el ornamento, el cuero da lo mismo, las vísceras se botan y quedas ahí, ni siquiera desnuda, exhibiente de un intelecto, sopesada, calibrada por los ojos que están dentro de los ojos.
Yo la miro, no entiendo nada de lo que me quiere decir, se angustia, se retuerce las manos y, claro, como parte del reflejo que soy de ella, me las retuerzo también. Acudo al sexo, a la lectura, a aquellas acciones de control absoluto, pero.
Siempre ES-pero.
Me retuerzo.
siempre el pero frena todo lo que podria ir mejor
ResponderEliminarnunca estas completa, el vacio es eterno
hasta que nos despojemos del cuerpo fisico
hasta que el alma tenga sentido espiritual
hasta que te equilibres de alguna forma..
aunque no sucederá, somos humanos
somos humanos
somos humanos
somos humanos
la meca de la meca
no importa nada
mas que lo cuestionable.