Anoche soñaba que debía vigilar a una mujer. Está loca- me decía alguien- , ten cuidado, es peligrosa.
Advertencias. Muchas advertencias que no tenían mayor utilidad, mi intrínseca distracción me lleva a perderla. Corro tras ella, apremiada por la labor inexacta, por la culpa de no cumplir aquello que se me ha pedido. Su cuerpo acelerado entra a un lugar y allí se queda esperándome con sus ojillos malévolos. Me acerco, la piel de su rostro se ha quemado hasta dejar terribles cicatrices. Me dicen: Bueno, de aquí en más -después de lo que ella haga en ti- podrás abrir tu boca hasta que tus manos desaparezcan.
...Sueños como éste aumentan y mi subconsciente al parecer se encuentra agitado de tanta tranquilidad. Creo que después de casi seis meses sin síntomas de depresión, mi mente teme que la "mujer loca" vuelva a revolver el gallinero. Mi boca permanece donde está, no devoraré mis manos, necesito de ellas como nunca antes.
Tal vez no me hago entender, tal vez debí contar otro sueño, vincularlo. Pero no estoy para psicoanalizarme, Not today!
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