martes, 26 de julio de 2016

La última entrevista (Cristina Peri Rossi)

ÚLTIMA ENTREVISTA

La última entrevista fue triste.
Yo esperaba una decisión imposible:
que me siguieras a una ciudad extraña
donde sólo se había perdido un submarino alemán
y tú esperabas que no te lo propusiera.
Con el vértigo de los suicidas
te dije: « Ven conmigo» sabiéndolo imposible
y tú -sabiéndolo imposible- respondiste:
«Nada se me perdió allí» y diste la conversación
por concluida. Me puse de pie
como quien cierra un libro
aunque sabía -lo supe siempre-
que ahora empezaba otro capítulo.
Iba a soñar contigo -en una ciudad extraña-,
donde sólo un viejo submarino alemán
se perdió.
Iba a escribirte cartas que no te enviaría
y tú, ibas a esperar mi regreso
-Penélope infiel- con ambigüedad,
sabiendo que mis cortos regresos
no serían definitivos. No soy Ulises. No conocí
Itaca. Todo lo que he perdido.

miércoles, 13 de julio de 2016

martes, 12 de julio de 2016

La Emilie Dickinson en el mic

I’m Nobody! Who are you?
Are you – Nobody – too?
Then there’s a pair of us!
Don’t tell! they’d advertise – you know!

How dreary – to be – Somebody!
How public – like a Frog –  
To tell one’s name – the livelong June –  
To an admiring Bog!

lunes, 11 de julio de 2016

Stay clean

El amor, como la cocaína, el dolor, el sexo, es terriblemente adictivo. Creo no haber estado, sin un asunto que involucre pantalones, desde que tengo memoria sexual explícita. Atroz, me dice mi amigo imaginario (un travesti a veces argentino, a veces chileno, pero definitivamente muy deslenguado), menos mal que te sigo ganando en cantidad de vergas comidas. Cierto, le replico, pero no en cantidad de corazones devorados, si me permites la metáfora del corazón como albergue del alma.
Stei clin, me dice en pésimo inglés, antes de desaparecer en un vapor azul tipo opio (es muy old school en cuanto a drogas duras).
Y sí, cariño, te hago caso...mantengo rutinas cerradas, calmo la ansiedad con marihuana, salto de la cama a la maternidad y luego los libros de siempre , único gozne con la realidad.

Pero las manos me arden por.