jueves, 26 de enero de 2012

Samskara.


          Soy Gregorio Samsa. Un paria renacido a finales del siglo XX para que no se diga que Kafka sólo fue un buen escritor.
         Soy Gregorio  Samsa, aun cuando mi nombre en realidad sea otro. Lo digo porque me ha tocado vivir the chilean way, una mierda cuando se trata de alguien que se ha martillado las neuronas para saber cómo hacer los billetes necesarios y pagar el arriendo de un departamento en un block que no me gusta: todos son unos flaites de mierda, pero me lleno la boca con el discurso de izquierda porque no me queda otra, leo, escribo, me gusta la historia, soy músico instrumentista. Estudié dos años en el conservatorio de la Chile, no pude seguir por culpa del maldito sistema capitalista. Ahora sólo sé que mis manos de insecto se vuelven humanas una vez que toco el instrumento, ni siquiera cuando toco el cuerpo de una mujer. Las mujeres también me miran raro, soy un insecto para ellas, son mi espejo, ergo, sufro una metamorfosis atroz y la realidad se hace pedazos, salgo corriendo por el agujero de una pared y se queda un cuerpo con una mujer, triste o alegre… no lo sé. Pero ese cuerpo se queda con mis placeres, mis satisfacciones, con mi vida que se va mientras el insecto respira tranquilo mirando por la ventana cómo en la cancha venden completos y pitos al son de la pichanga dominguera.

domingo, 22 de enero de 2012

Te veo pero no.

¿Escribes todavía con la imperfección que hubiera deseado para mí a tu edad?

... El deseo es un hada tan malévola y sensible, como esas personas que mordiendo una manzana o sorbiendo un helado te llevan a quebrantar todo lo que imaginaste como pecado original, y una serie de imágenes inenarrables se te aparecen en el espejo: acabas de crear una bella historia de desamor y sexo en menos de cinco minutos, la vida es eterna en cinco minutos, suena la sirena, de vuelta al trabajo, pero nunca te has llamado Amanda ni Manuel ni Víctor.

Te recuerdo, sí, entre mis ahogadas noches de verano, y te veo pero no, a lo extremidad cercenada, a lo oscura belleza que se posa en ojos.

jueves, 12 de enero de 2012

Bonitas octavas...


"Ay, pajarito ido,
ay, pajarito loco,
ay, pajarito austero,
ya las palabras se fueron
pa' heredades de otros
y a la punta de los cerros.
Fuera y sin canto propio
las octavas volanderas
corren de un la'o pa' otro
como si el cosío fuera
siempre mejor quel roto.
Yo digo mejor el roto
antes que andar cosío
créeme chiquillo mío
que no es juerza elegir
entre lo tuyo y lo mío.
Si los dos estamos rotos
si te vai a la casa cocío
si mi vestido está roto
si no hay hilo pa'l cosío
si tení la vena negra
de tanto desear abrigo
estai igual que yo, 'tonces?
Vente pa'quí pajarito.
Nadien te pide casorio
que otra te cosa ese hilo
yo te agarro por las patas
y así es que recobro el tino!"

lunes, 2 de enero de 2012

Orgullo y prejuicio...

"Cómo he podido actuar de forma tan despreciable -se decía-. Yo, que siempre he estado orgullosa de mi inteligencia, que siempre he valorado mis virtudes, que he despreciado siempre el candor de mi hermana y me he congratulado de mi propia vanidad desconfiando inútilmente. Todo esto es tan humillante, y cómo merezco esta humillación! Si hubiera estado enamorada, no habría podido ser engañada de tal forma. mi vanidad y no el amor ha sido mi perdición. Complacida con la preferencia de uno y ofendida por el rechazo del otro. Desde que nos conocimos me he dejado llevar por la presunción y la ignorancia y he desechado la razón en lo que les concernía. No me conocía a mí misma hasta ahora."
(Lizzy Bennet en Orgullo y Prejuicio. Jane Austen)

Así que no soy la única que ha caído en este círculo de infierno que es la autocomplacencia y la vanidad maquillada de humildad. En este fragmento, se produce la anagnórisis, se descorre el velo y resulta que el mundo giraba en el sentido contrario, para tristeza de muchos y muchas. 
Ya tenía consciencia de mi capacidad de hacer daño, pero este libro abrió una grieta...Y estoy que me calzo el sombrero puntiagudo del burro de la clase. 
La letra con sangre entra.