lunes, 24 de junio de 2013

Viene a mí.

El amor viene a mí, pero su sustancia ha tomado forma dolorosa. Tal vez, tú, lector ficticio, lector ideal y eterno de todas mis letras, te dirás Otra vez con el mismo lío. Pero no. Hoy el amor duele tanto que el cuerpo se cae, las células mueren y la opción de huir no aparece en ninguna de las puertas ofrecidas por el asqueroso animador del pésimo programa de tv en que se ha convertido esta historia. 
No puedo ser más explícita. No me está permitido.
Sólo diré que hace tres semanas casi me separo definitivamente de mi cuerpo por culpa del amor, del des-amor, que viene a mí cabalgando sobre extraños y aterradores animales de circo.

Tú, lector amado, lector ficticio, eterno sabedor de mis letras, pídele a los dioses para que pueda salir de este trance. 
Vale.

jueves, 6 de junio de 2013

Maldita inteligencia.

Debo decir a favor de los demás que la astucia supera la inteligencia en muchas ocasiones.

Observo vidas de personas, estilos de vida que desprecio absolutamente por su poca consistencia intelectual o su inconsecuencia respecto de valores que me parecen fundamentales, sin embargo, oh, astucia cruel, posas la magia de la producción en esas vidas y en esas manos, que no en las mías, que están más que vacías, hasta del vacío están ausentes las pobres. Y observo porque no me queda otra, el problema de la inteligencia es la asquerosa capacidad de análisis, y me detengo en cada detalle, disecciono con tranquilidad y hasta la tortura aquellos caminos que no tomé por considerarlos inferiores y obtengo como resultado el triste hecho de que los Otros producen, yo no. 
Los Otros crecen, yo permanezco. 
Los Otros logran,yo me quedo en el tránsito. 

Lamentablemente, los hechos y los resultados gobiernan este mundo. 

Lamentablemente, los Otros caminan, yo observo.