jueves, 19 de agosto de 2010

Historias personales...

La historia como ciencia de registro idealmente formal (y objetivo) de aquello que ha acontecido, que intenta dar una continuidad y un sentido a las acciones humanas...La historia en mí  (y en algunos como Donoso) se reinventa desde las manos.
Y es que se puede jugar a los dados con la existencia y no vivir la omnipotencia de los dioses (necesariamente). Porque lo lúdico como todo aquello que puede ser, como la conciencia del azar, de la posibilidad cuántica concentrada en la multiplicidad de las letras abre las puertas de la disgregación y de la espora. De tal forma, la historia se desviste y aparece Friné -el relato desnudo-.

Se turba la gallada, enceguece el striptease a los espectadores borrachos de realidad.

Sólo entonces, la línea cronológica de los eventos que se conjugan para que se conciba un fenómeno determinado se corta, se cruza por microeventos y protoeventos, por la vivencia pequeña. Puedo ver a la perfección las pequeñas cabriolas inconscientes desde la arruga en la servilleta a una conversación manchada de café teniendo a Bajtin en la boca.

Sí, las realidades se penetran y la otredad pareciera ser un juego de entrar y salir de la sexual oquedad de la memoria íntima.

3 comentarios:

  1. Va a sonar a insulto, pero no lo es: Me mareo. El tiempo y su historia atemporal me marea, lo cual es bueno, creativo, potencialmente creativo... bueno yo creo que todo eso lo resume una idea de mareo causada por leer esto. Me gusto :)

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