Hago y rehago mi tejido, ni Ariadna, ni Penélope, ni Violeta en su purgatorio bordando eternamente la arpillera perfecta...ninguna hembra con manos de aguja podría ayudarme a crear un lienzo más extraño que éste.
Mi realidad en estos días es de madejas traslúcidas, leves, insoportablemente leves, a lo Milan Kundera, cuando lo que yo quiero es peso, tierra, raíz y olor a casa.
¿Cómo retomar este hilo que se teje solo?
¿Cómo hacer, dime tú, amigo imaginario, si los acontecimientos ocurren estando yo fuera de escena?
Al igual que siempre, tejiendo sin saber por qué... no son tan solo nuestras manos, sino el mundo entero en una idea.
ResponderEliminarTeoría del campo unificado? Jaja, buena acotación.
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