domingo, 25 de agosto de 2013

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De pronto el frío.
Un cese celular y todo se prolonga como en un pasillo de hotel, como en una película de Kubrick.
Existen zonas azules en la memoria y zonas sin memoria, también en el mismo grado de frío y tristeza. Algunos ahogan esta sensación entre los muslos de; otros, engulliendo sustancias que asesinen a pulso la bestial certeza de querer y no poder, y así y así y así, tantas puertas existen en este mundo para sentir una gota de raíz, un atisbo de salvación en los brazos de Maya, la dulce. Maya, la creadora de bellas irrealidades.
Hoy ahogo las letras del ahogo con mis propias letras.



He descendido un peldaño, no sabes cómo el silencio lo consume todo.

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