martes, 30 de marzo de 2010

Un par de aclaraciones...

Si he de ser sincera, jamás me ha agradado tener que corregir impresiones ajenas, pero ciertos hechos lo ameritan. Tampoco me agrada ser explícita, creo firmemente en que las capacidades humanas son lo suficientemente desarrolladas como para inferir luego de que ciertas luces se han prendido. La media-luz es tan agradable a mis ojos como a mis letras. En fin. Decía ayer que tengo 28 años, de los cuales 10 he intentado hacer algo con mi vida desde la academia, y claro, aun cuando me convenzo cada vez más de que aquello no es otra cosa que conocimiento muerto en las aulas y muere en las páginas roídas de un libro o una tesis que nadie leerá, hago lo que tengo que hacer. Fueron cuatro años los que estudié Derecho...conocí allí ciertos tipos humanos bastante despreciables, centrados en la materia, en el exitismo, en una visión de mundo que no comparto. Salí huyendo cuando me di cuenta de que estaba matándome el alma. Me roí la luz que tenía allí, en el caldero con grillos negros, alacranes y cruces rotas. Y todo por desear fervientemente querer ser aquello que esperaban que fuera. Pero en el querer ser no se es. Caí en el abismo, salí de allí. De triunfos morales se ha construido mi historia (aunque de eso no pretendo hablar ahora mismo).
Esperé unos meses y entré a una connotada universidad de la capital, donde el slogan (todo en ella es slogan) rezaba "es el comienzo de tus mejores años". No me tragué el cuento, pero sí me tragué con los ojos la bella biblioteca, la licenciatura en letras, la literatura, el afán por encajar desde otra arista más confortable para mí...Y es un real culo la obsesión (que ya no el afán) por encajar, por complacer y buscar la mirada aprobatoria de quienes considero "interlocutores válidos". 
El año tercero de mi paso por Letras mi madre enfermó de cáncer. Y claro, hubo apoyo económico, hubo apoyo moral, pero realmente NADIE se ocupó de ella. 
Mi madre no era capaz siquiera de cruzar una calle, de reconocer un semáforo, de caminar sin caer de bruces, el cáncer la estaba desmoronando. Focalicé mis energías en ella, no me importó nada. Abandoné la Universidad, no huí, abandoné todo por ocuparme de ella, por los mínimos detalles de escucharla, de que tuviera a alguien con quien llorar, de que si estaba acostada y quería agua, alguien se la llevara y no se molestara en levantarse, en cautelar su sueño (jamás me dormí antes que ella), en ESTAR AHÍ. Nunca me arrepentiré de esa decisión, independientemente de las consecuencias a nivel universitario que ello conllevó. Prácticamente perdí el año. Los cursos fueron reprobados, caí en causal de eliminación, salí de esos escollos con dificultad, pero lo logré. Un año y medio después, probablemente por el stress que me produjo cargar sola con toda esa energía sin poder expulsarla, reventé. Me sumí en la locura, que es una de mis comadres favoritas, no sabes cómo la estimo. Da saltitos vaporosos a mi alrededor, me comenta algunas cosas, a veces la invito a mi casa, no cae muy en gracia, pero yo tampoco así que nos entendemos muy bien. Me llené de fármacos, el asunto es cumplir con aquello que te exige el sistema, y vaya que las personas cercanas son unos agentes de represión certeros! Cumplen a rajatabla todo aquello que el stablishment propugna, a pesar de que crean que lo correcto es todo aquello que provenga del lado docto de la cultura...docto viene de doctrina, es la misma raíz. Y de doctrina, adoctrinamiento, que es peor que adiestramiento. De 10 personas que conozco al menos 8 obedecen como perros, el noveno se autoconvence de que es por decisión propia y el décimo es un enigma. Ahí me sitúo yo, y otros pocos.
Luego de esos meses, vinieron otras peripecias que no pretendo recordar aquí. 
Lo único que quiero dejar claro es que cumplo, aunque no esté de acuerdo con el sistema en que vivo: hice, hago y haré lo que debe ser.

lunes, 29 de marzo de 2010

Mi ser se espesa.


Pasa el tiempo y me digo que, definitivamente, S. tenía razón. Quién te inviste, qué te convierte, qué produce la transformación del ser en artista sino uno mismo?



Camino por los pasillos, la academia me produce una repulsión equivalente a la de un cuerpo descompuesto. Mientras más se llena el espacio de conocimiento teórico, me sumo en el aislamiento. No soy capaz de hablar. Definitivamente S. tenía razón: mientras más se aprende, menos se sabe.

Tengo 28 años. Es el año 2010. Llevo 10 años intentando hacer-algo-de-mí y veo que mi mente se resiste. Hace unos cuatro años que dejé de creer en mi capacidad de hacer. Entretanto, mi ser se espesa. Quijano hace, Quijote es (y deshace). El revuelo mental me produce caer en la academia, Quijano se revuelve, intenta reconstruir lo que se desmorona de a poco. Y para qué reconstruir si la única forma de ser poeta es serlo, y la única forma de escribir intenso es ser intenso primero. Mi ser se espesa, duele tanto...

Pero otra cosa es el miedo:

Es un castillo que aumenta exponencialmente sus habitaciones.

Yo habito en casi todas, aunque nadie nunca me invitó a pasar. El castillo se monta en una de pronto, y las paredes, el crujir de dientes, el grito ahogado se monta en una de pronto, sin embargo, me ven tranquila, silenciosa (Es que le pasa a la Otraquesuna. La toman forzosamente del cuello -los patrones agresivos se repiten- la dejan colgando, duele... mi ser se espesa).







De momento, sigo al borde, negándome los hechos, las piernas cruzadas y el final cercano, pero ajenoajenoajeno...

jueves, 11 de marzo de 2010

Careful whit bullshitters (...when the bullshitter is yourself)


Esto es algo que se me hace difícil.
Mis niveles de credulidad juegan en contra, y esto parece más un pésimo partido de fútbol de tercera división que un duelo de ajedrez con Kasparov, porque al desenmascarar al traidor descubrí que soy yo.
Me he descubierto en el autoengaño, en la maestra jugada del autogol, me abro de piernas ante mí misma y permito violarme la inocencia. Genero caminos amarillos que tristemente acaban en la mitad (aunque por otro lado es un logro de Fortuna que vengan a quitarme el velo previo a la camisa de fuerza). Trato de ser Agripina (la menor, claro...) y acabo siendo una Casandra acallada por los hechos.
Ya no Atena, ya no Calíope, ya no Agripina. El destino me depara los ojos alucinados y el vaticinio sólo para lo otros, ni siquiera puedo otorgarme un augurio aciago, sólo sombras.
Mientras, se oye un tango, las placas tectónicas se acomodan y tengo una pena de bandoneón pegada a la espalda.

En apariencia, todo igual, me dirás, todo igual, e intento cuidar el caudal de palabras, me doy cuenta que soy una asquerosa creyente de Ícaro, la postmodernidad me come los talones.

¡En apariencia! Ja, la realidad es una apariencia que no me explico.

viernes, 5 de marzo de 2010

Y LA VIDA SIGUE...


Bien o mal, los ciclos continúan, y luego de las consabidas -y por supuesto forzadas- reflexiones de rigor que realizan desde los medios de comunicación hasta nuestros seres más cercanos, se cae la máquina.

Las máscaras se caen todos los días, no frente a un evento catastrófico.

Habrá que asumir que lo inesperado es lo esperable.

Habrá que asumir que cuando ya no había más lágrima, quedaba mucha lágrima más y que el pozo no se llena.

El acontecer de la tragedia es parte de un acontecer orgánico mayor: Mis células sufren, me duele la herida, me lamo el corte, sale la costra. En ocasiones el dolor físico es tal que el alma se duele. O se quiebra.
A la inversa: Mi alma sufre, mis células se duelen y en ocasiones el dolor del alma es tal que el cuerpo padece. O se quiebra.

La vida sigue.

El ciclo se repite y todo, todo, absolutamente todos los detalles que conforman mis aconteceres, se me hacen mortalmente conocidos.

jueves, 4 de marzo de 2010

Un texto excelente...


Desde unos rojos días de sangre en Chile a otros rojos días... la forma cambia- elquélcómoelcuándo- sin embargo, la sustancia permanece. La muerte vista desde los ojos de un poeta:

"La poesía es un asco garrapatas inútiles.
Jamás un verso salvó hombre alguno
de los que mueren en cualquier rincón
oscuro del planeta

Ni lo hará hoy.

Estoy dispuesto a olvidar hasta la última letra del alfabeto

Si un hombre,
si tan sólo un hombre
se levanta y camina
por este papel en blanco."

(PATRICIO RODRÍGUEZ)
(MI PADRE)

DEL ABSURDO, EL PLASMA Y LOS 5 KILOS DE LECHE.

(A PROPÓSITO DE TERREMOTOS, TSUNAMIS Y CAOS SOCIAL)
Como dijera mi padre hace uno días, "cuando la máscara de la cultura desaparece, volvemos al neolítico". El hecho de que ciertos sectores socialmente deprivados realicen este tipo de eventos que rayan en lo absurdo -como preferir robar una televisión antes que 5 kilos de leche o fideos- denota, a lo menos, tres cosas:

1. Que el robo como acción dolosa deja de serlo sin "la máscara de la cultura". Sin embargo, debe ser justificado a través de las leyes naturales, tales como alimentación y resguardo de peligros (esto lo hacen también otros organismos vivos). De no justificar estas leyes, es denostado.

2. Que el robo sea realizado por cierto tipo de individuo, con ciertas características estereotipadas por los medios de comunicación entre otros medios de poder y control, al parecer NO DA LO MISMO.

3. Este individuo que ha cometido una acción justificada, dentro de un medio justificado, pero tendiendo al absurdo es DESCALIFICADO por su actuar irracional. Sin embargo, se observan conductas irracionales en individuos de otros estratos (más altos) que NO SON DESCALIFICADOS: llámese esperar bajo alto riesgo vital que por favor no se me caiga el estacionamiento pues allí tengo mi Audi llámese, prefiero cuidar mis objetitos (la "property") y sacarlos de mi departamento, incluso entrando con mis hijos (visto y oído en tv) al borde del colapso estructural porque cómo voy a dejar que el plasma se me rompa, si me quedan todavía 36 cuotas, mejor arriesguemos la vida por un par de pesos, mejor morir que quedarnos sin Audi.

Entonces, queridos, el daño quién lo produce a quién.

El absurdo es propio de los seres humanos, y la comprensión ante la trizadura moral debe ser directamente proporcional a cómo queremos que sea NUESTRA cultura. Si el tal "flaite" hace eso, es porque NUESTRA CULTURA enseña que el plasma es más importante que 5 kilos de leche.

PD: Me pregunto qué diría Foucault.