Y cuando pienso que me he vaciado, aparece frente a mí un muro de letras ininteligibles en mi cerebro que debo -imperiosamente- picar con un lápiz. Es mi realidad de orfebre, no puedo negarla, por mucho que quiera escupirla y abrirle las puertas a las putas de la cotidianeidad.
Perdón, es que me es imposible.
Perdón, pero aún sigo y soy acá.
Sin rencores. Espero que el bebé haya nacido fuerte y sano, al igual que tu en ese mismo momento "pujoso"
ResponderEliminarEl sentido de las palabras desparramadas se ordena con las ideas de un discurso. Besos. Cuidate.