viernes, 11 de diciembre de 2020

Canto II (Ángel de la ferocidad)

Escalo por el horizonte.

Mis pies escaldan
      se vierten
          en las cabezas de los pájaros abisales
             en un adviento de la celeridad
             de los procesos inevitables
              de las células como cajas          mortuorias.
              No hay ya espanto
               el dolor no cesará para quienes tienen los ojos reventados
               de la luz inextricable de las bombillas eléctricas descendiendo hacia la mesa.
Entonces Uno como Ley Divina
Como lanza o corvo a levante
enciende las espaldas
reptando por las vértebras,
navega por el río celular
y multitudes se agolpan en las orillas del río
multitudes animales se despojan de sus ropas
se arrojan a sorber sus aguas
                   a lamer la dermis palpitante del barco.

El horizonte vertical me impide el paso:
mis voces son mordisco feroz
en las playas del Tártaro.

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