jueves, 24 de marzo de 2016

Dear Henry II

¿Puedo ser completamente honesta, Henry? ¿Es eso posible? La realidad (y todas las categorías posibles que quepan en el concepto) se va por un vórtice más pesado que la luz y que tiene como centro la otredad del receptor. Ergo, la (mi) honestidad va en directa relación a las proposiciones con que el receptor (me) construye.
Un tema de expectativas.
Un tema de tiempo-espacio y agujeros de gusano ontológicamente falsos.
¿Cómo puedo ser honesta en cuanto tal?
Sé que pregunto demasiado, pero tienes ojos de arúspice.

La verdad se cae a pedazos desde los edificios.
Orgasmo azul.
El calor de tu cuerpo sobre el mío.

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