Dicen que hay una mujer que vive y otra que escribe. Que ambas acciones no están vinculadas, a pesar de la casi obvia absorción semántica de la primera mujer sobre la otra, pero esto sólo se da bajo el amparo de sólidas bases arraigadas en el pensamiento lógico, lo que dista de ocurrir en esta trabajosa era del hierro.
Amigo, la vida es un imbricado relato escrito por Borges desde el Hades; la escritura, un juego marcado por el Ojo divino: Sin motivo, sin cese, sin párpado que alivie el dolor de estar constantemente alumbrando el camino con letras.
Amigo, las decisiones te llevan por el Jardín de los senderos que se bifurcan, y yo te observo sin querer hacer nada al respecto.
miércoles, 16 de marzo de 2016
Perdida.
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