miércoles, 1 de junio de 2016

Espacio de preguntas.


A veces me pregunto por qué no nos amamos. Era tan fácil ser un par de humanos simples, de la simpleza orgánica de las anatomías complementarias de la reproducción sexuada, asumir que la cuestión social y el compromiso político, el amor por las ciencias y la pasión furiosa por el arte, no cabían en la distancia que había entre nuestros ojos asombrados. Era sencillísimo saberte desde la espalda mientras leías las partituras. Era sencillísimo atrapar mi menuda estructura con tu pierna y dormir el sopor de la marihuana a media tarde. Pero mis pobrezas. Pero las tuyas. La paradoja de Zenón desplegada en el aire infinito entre tu paisaje y mi huida.


(De Volantín)

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